Malaquías 3:17

I. Note el hallazgo de la joya. Así como el diamante y el oro están escondidos entre las rocas y la tierra, el barro y la arena, y solo se encuentran con gran trabajo y dificultad, las joyas de Dios se pierden y se esconden entre los pecados viles y los hábitos terrenales, y se encierran en duras piedras. corazones; es con gran dificultad para discernirlos. Envió a su Hijo desde el cielo a buscar sus joyas perdidas; y tuvo que venir y trabajar en los lechos fangosos de los ríos y en la tierra oscura y las minas rocosas para encontrarlos.

II. La elaboración de la joya. Jesús encuentra sus joyas y las arrebata de sus pecados, pero aún no están en condiciones de ser usadas por Dios. Tiene que entregárselas al Artífice más hábil que las purifica y pule, y las convierte en joyas aptas para que Dios las use. Este es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo usa una gran variedad de medios para modelar las joyas de Dios: (1) Agua; se usa agua para limpiar el diamante y el oro.

¿Qué es el agua que usa el Espíritu Santo? Es la Palabra ( Efesios 5:25 ). (2) Fuego; el fuego que usa el Espíritu Santo es aflicción. La aflicción derrite los corazones y luego fluyen hacia el molde de Dios.

III. El uso de la joya. Los reyes y las grandes personas que tienen muchas joyas guardan la mayoría de ellas bajo llave; pero en las grandes ocasiones, como el día de la coronación, los sacan a todos. Por tanto, llegará el día en que Dios reunirá todas Sus joyas y las usará ante todos los ojos. (1) Se regocijará en la belleza de sus joyas. (2) Se regocijará en ellos como muestra de la riqueza de su amor.

J. Stalker, The New Song, pág. 131.

Referencias: Malaquías 3:17 . Homiletic Quarterly, vol. i., pág. 403; Preacher's Monthly, vol. VIP. 295; HV Macdona, Penny Pulpit, Nº 568; Preacher's Monthly, vol. i., pág. 447; vol. iv., pág. 311. Malaquías 3:18 . Spurgeon, Sermons, vol. xxiv., núm. 1415.

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