Marco 13:37

La exhortación a velar implica que hay peligro, y si nuestro Señor les dice a todos: "Velad", todos deben estar expuestos a él. Y hay peligro; es más, hay muchos peligros por todos lados.

I. Los intereses en juego son indescriptiblemente grandes. Deje escapar cualquier oportunidad y habrá tanto perdido por la eternidad. Deje escapar todas sus oportunidades y el cielo mismo se perderá. Puedes intentar entrar, pero no podrás encontrar la puerta cerrada.

II. Siempre estamos en peligro de ser sorprendidos. Las oportunidades de promover nuestro propio progreso espiritual, el bien de los demás y la gloria de Dios, a menudo se presentan inesperadamente y desaparecen de la misma manera inesperada; y por tanto debemos velar. Con mucha frecuencia, también, la tentación se presenta en un momento inesperado y de una forma inesperada, y debemos estar atentos. Satanás se encuentra con los hombres cuando menos lo esperan, y debemos estar atentos.

III. Satanás siempre viene disfrazado, y siempre adopta ese disfraz que parece menos apto para despertar sospechas. Viene al rebaño de Cristo con piel de oveja; a veces con la ropa de un pastor; sí, a veces parece transformado en un ángel de luz. Debemos vigilar. Esa es la condición de nuestra seguridad. Porque aquí nosotros, como seres espirituales, estamos en peligro constante, y sólo podemos ser preservados como se preservan las aves del aire, mediante una vigilancia constante.

IV. Si mantiene a la vista el gran objetivo que nuestro Señor nos manda buscar, estará alerta en todas las cosas. Es Su venida de nuevo. Viene a juzgar al mundo y tiene en cuenta a cada individuo. Tu Maestro se ha ido a un país lejano. Tu ojo por el presente no lo ve; pero a cada uno le ha dado un encargo de Él. Cada uno tiene su trabajo asignado. Debes velar por Su venida, y Él puede venir a cualquier hora.

W. Nicholson, Redimiendo el tiempo, pág. 55.

Referencias: Marco 13:6 . HJ Wilmot-Buxton, Sunday Sermonettes for a Year, pág. 8; Revista del clérigo, vol. i., pág. 280; vol. v., pág. 237; JM Neale, Sermones para niños, pág. 79. Marco 13 W. Hanna, La vida de nuestro Señor en la Tierra, p.

418. Marco 14:1 . HM Luckock, Footprints of the Son of Man, pág. 295. Marco 14:1 . Revista del clérigo, vol. ii., pág. 156.

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