Mateo 16:21

Grandes propósitos y voces interruptivas. "Desde ese momento en adelante Jesús comenzó a mostrar a sus discípulos cómo debía ir". Se debe poner especial énfasis en la palabra "debe" para descubrir la profundidad y alcance de la idea que el hablante busca transmitir. El énfasis, así colocado, nos da la expresión de un gran propósito. "Entonces Pedro lo tomó y comenzó a reprenderlo". Esta es una voz interrumpida. Cristo y Pedro nos presentan los más amplios contrastes en el desarrollo humano.

I. La majestad de un propósito imparte a su poseedor tranquilidad en anticipación de las pruebas más severas. ¿Cuáles son los elementos constitutivos del heroísmo? Respondo, un gran propósito y fe en él. Dado el propósito y la fe, tendrás fuerza, paciencia, esperanza y una victoria segura.

II. Las naturalezas superficiales no pueden interpretar la majestad de un gran propósito. ¿Alguna vez una gran idea se dio cuenta de que "debe irse" sin tener que toparse con un Peters que lo interrumpió? Pequeñas ideas, empresas respetables, acciones decentes han pasado por la carretera del mundo sin demasiados inconvenientes; pero las ideas que han dado amor al corazón y dirección al entendimiento, de una época o de un imperio, han tenido que abrirse paso hasta Jerusalén paso a paso.

III. Los grandes propósitos están necesariamente asociados con el autosacrificio. (1) Quien sigue a un gran líder debe esperar grandes sacrificios. (2) El espíritu y el ejemplo de un gran líder moral deben reproducirse siempre.

IV. Los grandes propósitos siempre estiman correctamente el valor de las posesiones materiales.

V. Las naturalezas superficiales siempre proceden con una política contraproducente. El testimonio de Cristo es claro: "Porque el que salve su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará".

Parker, Hidden Springs, pág. 361; véase también Christian World Pulpit, vol. ii., pág. 177.

Referencias: Mateo 16:21 . Homiletic Quarterly, vol. ii., pág. 271; R. Thomas, Christian World Pulpit, vol. xxiii., pág. 376. Mateo 16:21 . C. Morris, Preacher's Lantern, vol. iii., pág. 47. Mateo 16:21 .

Parker, Hidden Springs, pág. 61. Mateo 16:21 . AB Bruce, La formación de los doce, pág. 173. Mateo 16:22 . J. Keble, Sermones de la Cuaresma a Passiontide, p. 376. Mateo 16:23 . WH Murray, Los frutos del espíritu, pág. 345.

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