Salmo 130:1

Aquí hay profundos pronunciamientos del alma: están los problemas y las tinieblas que a menudo preceden o acompañan a la resurrección del alma; Hay gritos de dolor y angustia que llevan al alma del mundo de las tinieblas exteriores a la luz bendita.

I. A la mayoría le llega un momento de despertar. El momento del despertar es un momento crítico; es un período de peligro para el alma. A veces se cometen errores que, como los desvíos en una carretera, nos llevan a imprevistos. Existe el peligro de confundir un primer fervor con una conversión completa; Existe el peligro de confundir las lágrimas que fluyen con el verdadero arrepentimiento, la insatisfacción con uno mismo con una profunda contrición, el miedo a las consecuencias terrenales con el odio al pecado.

II. Pero si se muestra esta abundante debilidad de la naturaleza humana en el curso del despertar del alma, mucho más se manifiesta aquí la abundante fuerza de Dios, la fuerza de Aquel cuya fuerza se perfecciona en la debilidad. Dios nunca abandonó todavía un alma en la que, por débil que fuera, se mostrara verdadera penitencia. La sangre de Cristo es suficiente; la ayuda del Espíritu Santo es todopoderosa. Dios sale al encuentro del alma; Viste, adorna, renueva y da la bienvenida a esa alma, contándola de sí mismo en un lenguaje que, a medida que pasa el tiempo, le enseña a interpretar y comprender más y más plenamente.

III. Solo que no nos resistamos a Su gracia; busquémoslo, estemos alerta, oremos por él. "El dolor puede durar una noche" sí, incluso una noche larga "pero el gozo llega por la mañana", la mañana más larga de una vida interminable de paz.

Obispo ER Wilberforce, The Awaking Soul, pág. 1.

Salmo 130:1 , Salmo 130:7

I. Lo primero que se nos ocurre al echar un vistazo a los Salmos es la gran variedad de circunstancias bajo las cuales parecen haber sido compuestos. Estas circunstancias abarcan todo el espectro de la vida humana, sus alegrías y sus tristezas, sus éxitos y sus reveses; mientras que las emociones que expresan incluyen todos los sentimientos correspondientes del corazón humano.

II. Otro rasgo sorprendente es su unidad, su acuerdo o unidad. (1) Varias como son, todas le hablan a una Persona: Dios. Todos se encuentran en Él como el único centro hacia el que se dirigen. (2) En sus diversas declaraciones a Dios hay el mismo espíritu; el mismo principio parece dictar cada uno. Todos hablan el lenguaje de la fe en Dios.

III. Si busca a través de los Salmos, encontrará esta fe en Dios desarrollándose en: (1) fe en Dios como el Creador y Preservador del mundo; (2) fe en Dios como Rey viviente y Gobernante de los hombres; (3) fe en Dios como el Juez justo; (4) fe en Dios como teniendo compasión de todos los que sufren; (5) fe en Dios como Uno que no rechazará al penitente.

G. Formes, La Voz de Dios en los Salmos, p. 80.

Referencias: Salmo 130:1 . MR Vincent, Esquemas del Antiguo Testamento, p. 149. Salmo 130:2 . Revista del clérigo, vol. xii., pág. 84.

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