Salmo 40:5

Entonces, hay dos series de cosas que no se pueden enumerar las misericordias de Dios y el pecado del hombre.

I. Si mantenemos estas dos cosas juntas en nuestras contemplaciones, nos sugieren con mucha fuerza el mayor misterio del universo y arrojan un poco de luz sobre él. La dificultad de las dificultades, el único problema insoluble, es: Dado un Dios bueno y perfecto, ¿de dónde viene el dolor? y donde hay dolor? ¿No debe ser que la innumerable suma de las misericordias de Dios no ha de sustraerle, sino añadirle la suma, que también a intervalos nos parece innumerable, de nuestros dolores y nuestras cargas? "Todas las cosas ayudan a bien"; y las innumerables misericordias de Dios incluyen la suma total de nuestros dolores.

II. Observe cómo la combinación de estos dos pensamientos aumenta la impresión de cada uno. Las misericordias de Dios nunca parecen tan justas, tan maravillosas, como cuando se miran junto con el pecado del hombre. El pecado del hombre nunca parece tan repugnante y espantoso como cuando se lo mira de cerca en contra de las misericordias de Dios.

III. Mantener juntos estos dos pensamientos debería llevarnos a todos a la penitencia consciente.

IV. Mirar estas dos innumerables series juntas traerá a la más profunda penitencia una gozosa confianza.

A. Maclaren, Christian Commonwealth, 16 de julio de 1885.

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