Salmo 65:9

I. La primavera sigue al invierno y marca el comienzo del verano, de acuerdo con un orden establecido. Este hecho enseña el continuo control y gobierno de Dios. Dios parece venir con la llegada de cada una de las estaciones. Como Hacedor, Dador de vida y Padre, "Tú visitas la tierra y la riegas".

II. La temporada de primavera es una época de resurrección a la vida en todo el reino vegetal. Esto sugiere el continuo poder inspirador de vida de Dios.

III. Los grandes y variados cambios que implica la temporada de primavera muestran la inmutabilidad de Dios. Estos cambios se establecieron al principio y se confirmaron cuando Noé salió del arca. El regreso de la primavera declara que no hay cambio en el propósito divino.

IV. La belleza de la temporada de primavera es un reflejo de la belleza de Dios. Todo ser vivo es un pensamiento de Dios expresado, un pensamiento original.

V. La alegría de la primavera nos habla de la felicidad de Dios. La belleza y la alegría no siempre se combinan, pero existen juntas en Dios.

VI. La combinación y cooperación de influencias en la temporada de primavera son ilustraciones de la sabiduría y el poder de Dios.

VII. La provisión hecha en primavera para un suministro presente y futuro de alimentos exhibe la benevolencia de Dios.

VIII. La vida y la belleza abundantes y el rico crecimiento de la tierra en la temporada de primavera revelan la plenitud de Dios.

De la primavera podemos aprender estas lecciones: (1) Alabado sea Dios por la temporada de primavera. (2) Deje que la primavera le enseñe la locura de la ansiedad. (3) Deje que el manantial lo anime en una oración amplia y desenfrenada. (4) Haga todas las visiones y sonidos de las ocasiones primaverales de comunión e intercambio con Dios. (5) Dios está renovando la faz de la tierra; busquemos la renovación del Espíritu Santo. (6) Aprendamos de la temporada de primavera el firme fundamento que tenemos para la esperanza.

S. Martin, Lluvia sobre la hierba cortada, pág. dieciséis.

Referencias: Salmo 65:9 . P. Thomson, Expositor, segunda serie, vol. i., pág. 241; JJS Perowne, Sermones, pág. 151. Salmo 65:10 . EW Shalders, Christian World Pulpit, vol. ix., pág. 308; JG Rogers, Ibíd., Vol.

iii., pág. 305; S. Holmes, Ibíd., Pág. 264; Spurgeon, vol. xii., núm. 675; JM Neale, Sermones sobre pasajes de los salmos, pág. 180. Salmo 65:11 . Spurgeon, vol. ix., nº 532; y vol. xxv., nº 1475; Ibíd., Morning by Morning, pág. 292; J. Scott James, Christian World Pulpit, vol. xiv., pág. 209.

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