Hechos 8:39

LAS ALEGRÍAS DE LA VIDA

"Y siguió su camino gozoso".

Hechos 8:39

Debe haber habido algunas razones muy poderosas por las que el eunuco debería seguir su camino hacia Etiopía ese día con regocijo. Estaba en el éxtasis del deleite del primer descubrimiento de la verdad, ¡esa extraña, esa deliciosa sensación! Se acababa de dedicar solemnemente a Dios y había encontrado ese lugar de descanso, un corazón fijo. Había recibido la gracia del santo bautismo, y el Espíritu Santo, la fuente de toda vida y gozo, estaba en su alma; y dentro de él y alrededor de él todo bailaba y cantaba como una nueva creación.

Tenía la dulce paz del sentimiento del perdón de todos sus pecados, la más profunda, la más incomunicable de todas las alegrías. Esa Persona maravillosa, a quien Felipe le acababa de revelar en el cincuenta y tres de Isaías, era ahora su propio y precioso Salvador. Su corazón era suave, tierno y lleno de amor. Llevaba consigo una presencia, que es la mismísima "luz de la vida", y ante la cual todas las sombras se esfuman y todo obstáculo se convierte en nada.

Y más allá del país al que viajaba, había otro país, un nuevo hogar. Ahora se estaba abriendo a su vista; parecía sólo un paso, y estaría allí. Estos son los verdaderos placeres de la vida, y quien los tiene es independiente del mundo exterior. No me sorprende que 'prosiguiera su camino gozoso'. Y por ti estoy muy ansioso de que 'sigas gozoso tu camino'.

I. Hacemos todo mejor cuando estamos felices — Oramos mejor, alabamos mejor, trabajamos mejor, soportamos mejor.

II. La alegría es un gran medio de santificación — es una fuente de bondad. Ayuda mucho a vencer el temperamento.

III. Adorna la religión y la hace ganar a quienes nos rodean.

IV. Es como el cielo ; y un Dios feliz mira hacia abajo y ve Su propio reflejo en un niño feliz.

V. Es correcto — Es un mandato. No conozco otro mandamiento tan reiterado: 'Alégrate; y de nuevo digo: Regocíjate.

VI. Tenemos tantas cosas que nos hacen felices .

Rev. James Vaughan.