LA VOLUNTAD REVELADA POR DIOS

'La ley del Señor'.

Salmo 1:2

I. Esta ley, que tenemos que aprender, y por la cual seremos bendecidos, no es otra cosa que la voluntad de Dios. —Si deseas aprender la ley del Señor, mantén tu alma piadosa, pura, reverente y fervorosa; porque sólo los de limpio corazón verán a Dios, y sólo los que hagan la voluntad de Dios, hasta donde la conozcan, sabrán acerca de cualquier doctrina, ya sea verdadera o falsa, en una palabra, si es de Dios.

II. Esta ley es la ley del Señor. —No se puede tener una ley sin un legislador que hace la ley, y también sin un juez que hace cumplir la ley; y el Legislador y el Juez de la ley es el Señor mismo, nuestro Señor Jesucristo.

III. Cristo el Señor gobierna y sabe que gobierna; lo sepamos o no, la ley de Cristo todavía pende sobre nuestra cabeza, lista para llevarnos a la luz, la vida, la paz y la riqueza; o listo para caer sobre nosotros y molernos hasta convertirnos en polvo, ya sea que elijamos mirar hacia arriba y verlo o no. El Señor vive, aunque estemos demasiado muertos para sentirlo. El Señor nos ve, aunque estemos demasiado ciegos para verlo.

—Canon Kingsley.

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