Zacarías 3:1 . Josué, el sumo sacerdote, de pie ante el ángel del Señor, para interceder por la restauración de Israel. Esta era una figura de Jesús, cuyo nombre llevaba. Y Satanás, el adversario, a su diestra, dispuesto a oponerse a la construcción del templo, incitando los esfuerzos malvados de Sanbalat y otros.

Zacarías 3:2 . ¿No es esto un tizón arrancado del fuego? Este ministro elegido había sido maravillosamente conservado, y ahora fue arrancado como un tizón del horno de fuego del cautiverio babilónico. Los cabellos del buen hombre están todos contados. En 1763 apareció un grabado del venerable WESLEY predicando al aire libre.

En un lado había un pergamino que exhibía la quema de la vicaría de Epworth con techo de paja, cuando este eminente ministro, entonces un infante, fue salvado de las llamas a través de una ventana en el hastial de la casa.

Zacarías 3:3 . Josué estaba vestido con ropas inmundas. Las vestiduras gastadas del cautiverio y la contaminación del pecado. Estos ahora se cambian por el traje sagrado del oficio y las túnicas de justicia.

Zacarías 3:7 . Si andas en mis caminos. Estas palabras suelen repetirse en la renovación del pacto y las promesas de Dios a su pueblo. Génesis 28 .

Zacarías 3:8 . Daré a luz a mi siervo LA RAMA. El caldeo dice, Mesías, como en Zacarías 6:12 . Cristo, que emana del seno del Padre y nacido de la virgen, es el Renuevo de la raíz de David. Isaías 2:4 ; Jeremias 23:5 .

Zacarías 3:9 . Sobre una piedra habrá siete ojos. Todos los hombres miraron la piedra fundamental del templo, y todos los ojos de los ángeles y de los hombres estarán fijos en Cristo, como la piedra angular de su iglesia. Los siete oficios del Espíritu Santo son también la admiración del cielo y la tierra. Apocalipsis 4:5 .

REFLEXIONES.

Tenemos una palabra de consuelo sumamente consoladora para el sumo sacerdote para que prosiga con la obra del Señor, e igualmente para animar a todos los hombres buenos a hacer el bien en su día. Es apropiado recordar aquí la observación que hacen San Pedro y San Judas sobre estas palabras del ángel al adversario, que representaba a los enemigos de los judíos: "el Señor te reprenda". Los apóstoles comentan sobre estas palabras, que dado que los ángeles mismos no pronuncian la sentencia de condenación contra los que son exaltados en dignidad, sino que los remiten al juicio de Dios; de modo que nunca es lícito insultar y hablar mal de los poderes superiores, sino que siempre debemos hablar de ellos con mansedumbre y respeto.

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