Ahora los hijos de Israel.

Sabiduría, bondad y necedad

Al leer este capítulo, nos sorprenden tres características del gobierno de David.

1. La presencia de la sabiduría real en ...

1. Asegurar la seguridad de su reino mediante una milicia suficiente sin sostener un pesado ejército permanente. La práctica de un mes al año sería suficiente para mantener sus cualidades militares sin interferir seriamente con sus actividades civiles ( 1 Crónicas 27:1 ).

2. Adoptar el sistema de promoción por mérito. En la lista de capitanes ( 1 Crónicas 27:2 ) encontramos nombres de hombres que se habían distinguido por su valentía y capacidad, y que se habían “ganado su ascenso”. El favoritismo es una política ruinosa y fatal para reyes y ministros.

3. Limitar sus propios requisitos personales a una demanda moderada. David vivió como llegó a ser un rey, pero no se entregó a una “lista civil” costosa y opresiva (ver 1 Crónicas 27:25 ).

4. Elegir un consejero tan sagaz como Ahitofel ( 2 Samuel 17:1 ; 2 Samuel 17:14 ), y un amigo tan fiel y valiente como Husai ( 2 Samuel 17:7 ).

2. La presencia de bondad personal. Aunque David actuó, de la manera más sabia, sobre el principio de que los puestos más altos deberían reservarse para los hombres más capaces y aquellos que "merecían el bien de su país", no descuidó a sus propios parientes en la hora de su oportunidad. Encontramos, entre otros de los hombres más destacados, los nombres de sus parientes, Asahel ( 1 Crónicas 27:7 ); Jonathan, su tío ( 1 Crónicas 27:32 ); Joab ( 1 Crónicas 27:34 ).

3. La presencia de la locura real. Recordamos aquí el grave error, la desastrosa desviación de la rectitud, cuando, a pesar del sabio consejo y la oposición algo enérgica de Joab, insistió en contar el pueblo ( 1 Crónicas 27:23 ). En cuanto a la locura del rey, aprendemos:

I. Que la naturaleza humana, incluso en su mejor momento, lleva la mancha de la imperfección. Por lo tanto--

1. Concluyamos que es seguro que hay algo en nosotros que necesita ser corregido.

2. No nos apresuremos a estimar el carácter de los demás. En cuanto a la bondad de David, aprendemos:

II. Que hacemos bien en usar nuestra propia elevación para servir a nuestros parientes. El nepotismo es un crimen así como un pecado, pero, cuando las demás cosas son iguales y cuando se ofrece la oportunidad, seguramente debemos recordar a aquellos a quienes, por los lazos de afinidad, Dios encomia nuestra bondad, y a aquellos a quienes, por profesión de amistad en días anteriores y más humildes, prometimos ayudar. Y en vista de la sabiduría del rey, podemos aprender:

III. Que la bondad y la sabiduría juntas son una fuente de beneficio incalculable. David sin su devoción no habría sido nada para su país o su especie; sin su sabiduría habría sido poco más. La piedad y la prudencia juntas son un poder para Dios y para el hombre. ( W. Clarkson, BA )

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