Cuando Saúl y todo Israel oyeron las palabras del filisteo, se sintieron consternados y atemorizados.

La actitud insultante de la mundanalidad hacia la religión

El insulto fue un símbolo de la actitud insultante de la mundanalidad hacia la religión. La fuerza bruta y el poder se mostraban desdeñosos del poder del Espíritu. La religión no puede defenderse de los poderes del mundo excepto por las fuerzas espirituales y la confianza en Dios. Cuando los guardianes de la religión, o aquellos que deberían ser testigos de su poder interior, fallan en esta confianza y en el uso de las armas adecuadas, entonces el mundo se sale con la suya. El símbolo en este caso es singularmente vivo y completo. ( WJ Knox Little, MA )

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