Y Jonatán fue a David al bosque, y fortaleció su mano en Dios.

La verdad en la vida

En este capítulo se destacan dos lecciones. Primero, que el corazón más heroico a veces puede sentirse abrumado por el miedo. Pocos hombres tenían un alma más intrépida que el conquistador de Goliat; sin embargo, el temor de Saúl lo empujó al bosque. Estamos sujetos a variaciones de humor. En segundo lugar, que los crímenes de un padre pueden alienar el corazón de sus hijos. Jonatán, hijo de Saúl, estaba ahora socorriendo al hombre a quien su propio padre odiaba y buscaba destruir. El mal, incluso en un padre, no puede ser amado, ni el mal en un padre no puede ser obedecido.

I. La profunda depresión de un alma verdadera. Pocos hombres han tenido un alma más verdadera que David: clara en su percepción de la verdad, fuerte en su apego a la verdad, inflexible en su lealtad a la verdad. Pero esa alma, en el "bosque" aquí, está deprimida. Varias cosas tienden a deprimir el verdadero espíritu en este mundo.

1. Circunstancias aparentemente adversas. Jacob: "Todas estas cosas están en mi contra".

2. Discrepancias providenciales. Job, Aspah. "Mi pie casi se había resbalado".

3. No tener éxito en el servicio religioso.

4. Conciencia de indignidad moral.

5. Enfermedades físicas.

II. El poder distintivo de un verdadero hombre. ¿Cuál es el poder distintivo que tiene un verdadero hombre? ¡Para destruir la vida! Los brutos pueden hacer esto. ¿Para debilitar la fe y hacer temblar la confianza? Un niño puede hacer esto. ¿Entonces que? ¡Para fortalecer el corazón de un hermano en Dios! Esto es lo que hizo Jonatán ahora en "el bosque". Pero, ¿cómo puede un verdadero hombre fortalecer así a un hermano deprimido?

1. Por una exposición veraz del método de Dios para gobernar a los caídos en este mundo. El Evangelio despliega ese método; muestra que es el verdadero correctivo, no penal.

2. Mediante una expresión práctica de simpatía genuina. Un soplo infunde nueva vida al alma.

3. Por una devota intercesión ante el cielo.

III. La función más alta de un verdadero amigo. Una cosa es tener el poder de fortalecer y otra cosa es usarlo cuando y donde sea necesario. ( Homilista. )

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