Y los hijos de Israel hicieron en secreto lo que no estaba bien.

Enamoramiento del pecado

Nuevamente nos encontramos con este informe que hemos recibido como mil veces en términos idénticos. ¿Cuál es el maravilloso encanto del mal? Seguramente los filósofos no han respondido completamente a esa pregunta. Debe haber algún encanto peculiar e inexpresable en el mal, o los hombres no lo harían, y lo harían con ambas manos con seriedad, y vivirían en hacerlo, y cosecharían en su ejecución algún tipo de cosecha de contentamiento y alegría.

¿Qué es este encanto? Los hombres repiten el mal aun cuando lo denominan iniquidad y lo marcan como vil. En este asunto, curiosa y maravillosamente estamos hechos. Volvemos al mal. El diablo parece ser más atractivo que Dios. Uno hubiera pensado que una visión de la verdad, la belleza, la propia luz del cielo, nos habría fascinado para siempre y nos habría hecho incapaces de ser mezquinos, hacer maldades, falsedades o cualquier forma o color de iniquidad.

Pero no es así. ¡El diablo es más encantador! Sabemos que dice mentiras, pero las cuenta con elocuencia. Somos conscientes de que no puede cumplir ninguna promesa que haya hecho, pero cuando nos tiende su mano negra, la buscamos a tientas en la oscuridad, ¡y pensamos que la comunión no es sin provecho! ¿Quién puede explicar esto? ¿Está la explicación en el corazón? “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” ( J. Parker, DD )

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad