He hecho por ti estas cosas grandes y terribles.

Las grandes obras de Dios

I. En qué consisten las grandes obras de Dios.

1. En salvación. Dios, que liberó a Israel de la esclavitud de Egipto, ha realizado una gran obra de liberación a favor de la raza humana. Más grande que cualquier acto de venganza es la interposición divina por la cual la humanidad se salva del castigo y la maldición del pecado.

2. En el suministro de todos los deseos. El Señor, que le dio a Israel pan del cielo y agua del pedernal, ha hecho, en la dispensación de Su gracia, un suministro suficiente para las necesidades espirituales de toda la humanidad.

3. En protección y liberación de todos los peligros y de los asaltos de todos los enemigos.

II. Por lo que se inspiran las grandes obras de Dios.

1. Por el espectáculo de la necesidad, la miseria, el desamparo de los hombres.

2. Por la piedad y la bondad amorosa del Corazón Infinito.

III. A qué deben conducir las grandes obras de Dios a los que se benefician de ellas.

1. A la gratitud y alabanza. “Grandes cosas ha hecho Jehová en nosotros, de las cuales nos alegramos”. "Bendice, alma mía, al Señor".

2. A la obediencia alegre. El recuerdo de los favores divinos no solo debe despertar alegría; debe recordarnos las demandas de Dios sobre nosotros, sobre nuestro amor, nuestra vida, nuestro todo. ( Familia eclesiástica. )

Alabanza y obediencia

El que quiera servir a Dios debe comenzar por alabar a Dios, porque un corazón agradecido es la fuente principal de la obediencia. Debemos ofrecer la sal de la gratitud con el sacrificio de la obediencia; nuestras vidas deben estar ungidas con el aceite precioso de la gratitud. Así como los soldados marchan al son de la música, mientras caminamos por los senderos de la justicia, debemos mantener el paso al ritmo de las notas de acción de gracias. Las alondras cantan mientras montan, así que debemos magnificar al Señor por sus misericordias, mientras volamos nuestro camino hacia el cielo.

Nuestra acción de gracias no es una golondrina que se va con el verano. Los pájaros dentro de nuestro pecho cantan todo el año, y en un día como este su canto es doblemente bienvenido. El fuego de la gratitud nos ayudará a calentarnos, amontona los grandes troncos de recuerdos amorosos. Ningún frío congelará la genial corriente de nuestra alma; nuestra alabanza fluirá cuando los arroyos y ríos estén atrapados en el hielo. Veamos quién de nosotros puede regocijarse mejor en el Señor en todos los tiempos.

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