Entonces dije: Señor, ¿hasta cuándo?

El estado de la Iglesia

I. AVISO ALGUNAS COSAS QUE AFECTAN EL ESTADO DE LA IGLESIA Y DEL MUNDO QUE SE CALCULAN PARA EMOCIONAR EL ASOMBRAMIENTO Y EL DOLOR DEL CRISTIANO.

1. El escaso progreso que ha hecho el cristianismo después de un lapso de mil ochocientos años.

2. La prevalencia de la irreligión en aquellas partes del mundo que profesan ser cristianas.

3. El bajo estado de la religión en la propia Iglesia.

4. Los obstáculos que presenta la Iglesia al aumento de la piedad vital.

II. CUÁNTO TIEMPO CONTINÚA ESTE ESTADO DE LAS COSAS, o cuándo podemos esperar razonablemente otro, y mejor.

1. Se establece una conexión entre el espíritu o el estado de ánimo que prevalece generalmente en la Iglesia y su prosperidad, o la extensión de la religión en el mundo. Tan pronto como la Iglesia esté completamente viva y verdaderamente dedicada a Dios, se acerca el momento de su ampliación.

2. El segundo punto se refiere a la indagación, ¿cuál es ese estado de ánimo que debe prevalecer generalmente en la Iglesia para la extensión de la religión en el mundo?

(1) Es absolutamente necesario que la Iglesia se dé cuenta de su posición y sienta su responsabilidad.

(2) Es absolutamente necesario también que la Iglesia sienta simpatía por su Señor en Su intensa solicitud, o en el cumplimiento del gran propósito de Su mediación.

(3) Hasta que este estado de ánimo prevalezca en la Iglesia, nuestros esfuerzos no serán del carácter que Dios pueda bendecir grandemente.

III. ¡CÓMO PUEDE SER LLEVADA A LA IGLESIA A ESE ESTADO MENTAL QUE PARECE SER ABSOLUTAMENTE NECESARIO PARA SU MÁS ÚTIL Y PARA LA DIFUSIÓN DEL EVANGELIO EN TODO EL MUNDO! Todo hombre debe comenzar por sí mismo, y todo el que esté despierto debe esforzarse por despertar a su hermano. ( JJDavies. )

La actitud de Isaías hacia su mensaje

El profeta no puede aventurarse a interceder por el pueblo, ni se atreve a dar rienda suelta a su dolor por la necesidad de este severo mensaje, salvo con las palabras: "¿Hasta cuándo, Señor?" ¡Hasta cuándo tendré que cumplir con este doloroso e infructuoso deber! ( P. Thomson, MA )

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