Fortalecen también las manos de los malhechores.

Fortaleciendo las manos de los impíos

1. Todo pecado es horrible en su naturaleza, por ser contrario al carácter y la voluntad de Dios.

2. Fortalecer las manos y obstaculizar el arrepentimiento de los pecadores es oponerse al gran plan del gobierno divino.

3. Tiende a la miseria de la humanidad, y es el reverso de esa benevolencia que debe regirnos en toda nuestra conducta.

4. Es operar con ese espíritu maligno que obra en los hijos de desobediencia.

5. Es una cosa horrible, porque así nos convertimos en partícipes de sus pecados.

6. Es directamente contrario a los mandamientos de Dios y está marcado con Su aborrecimiento peculiar. ( J. Lathrop, D. D. )

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