Mis parientes han fracasado.

La inconstancia de los amigos

¿Qué hay más dulce que un laúd bien afinado, y qué hay más delicioso que un amigo fiel, que puede alegrarnos en el dolor con un discurso sabio y afectuoso? Sin embargo, nada se desafina antes que un laúd, y nada es más voluble que un amigo. El tono de uno cambia con el clima, el del otro con la fortuna. Con un cielo despejado, un sol brillante y una brisa suave, tendrás muchos amigos; pero que la fortuna frunzca el ceño, y el firmamento se cubra, y entonces tus amigos resultarán como las cuerdas de un laúd, de las cuales apretarás diez antes de encontrar una que aguante la tensión o mantenga el tono. (Lo tengo. )

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