Por el fruto de sus obras

La ruina del hombre es fruto de su propia conducta

Suponiendo que sea un hecho que la ruina del hombre es siempre fruto de su propia conducta, deben seguirse tres cosas:

I. Que su miseria se identificará con el remordimiento. Moralmente es imposible que un hombre atribuya su ruina a su organización, a las circunstancias oa cualquier fuerza sobre la que no tenga control. Debe sentir que se lo ha provocado él mismo.

II. Que en sus sufrimientos debe reivindicar el carácter divino. “Tú eres justo y recto”, etc. Como el fruto responde a la semilla, como el eco al sonido, sus calamidades responden a su conducta.

III. Que su salvación de la ruina requiere un cambio de vida.

IV. Ese cristianismo es el único sistema que puede resolver su caso. La misión del cristianismo es cambiar el corazón, renovar la vida y efectuar una reforma espiritual. Para esto está diseñado, para esto está capacitado; y ningún otro sistema en la tierra es capaz de realizar este trabajo. ( Homilista. )

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad