El mensajero impío cae en desgracia, pero el embajador fiel es salud.

Los ministros son embajadores

I. Justifique la comparación del embajador y el ministro del evangelio. Observar--

1. La alta comisión bajo la cual actúan. El embajador está investido de autoridad para realizar negocios de la mayor importancia para el bienestar de los dos países que le interesan. ¿No es esto cierto de los siervos del Dios Altísimo que muestran a los hombres el camino de la salvación? El oficio del ministerio no es de origen humano, sino de origen divino.

2. Sus calificaciones requeridas. Un embajador debe recibir una formación especial para su trabajo; debe conocer con precisión la mente y la voluntad de su empleador, y los reclamos de las partes respectivas en referencia a quienes trata. Y un ministro debe ser un hombre cuya mente haya sido completamente iluminada por las verdades del evangelio. Él está preparado para la defensa del evangelio, por lo que debe mostrarse como un escriba bien instruido en el reino de los cielos, uno capaz de dividir correctamente la Palabra de verdad.

3. El carácter peculiar de sus transacciones. A menudo se envía al embajador para concertar condiciones de paz. Y en este sentido, los ministros son "embajadores de Cristo".

4. El tema de sus negociaciones. "Un embajador fiel es la salud". Esto se refiere a tres cosas: la curación de esas brechas y contiendas que previamente habían estallado y prevalecido; la excelencia de los beneficios que correspondan a la parte reconciliada; y la promoción al honor y la prosperidad del embajador exitoso. Cada una de estas ideas es aplicable a los ejercicios superiores del santo embajador.

II. Consideraciones para instarlo a que se adhiera a las propuestas que adelantamos.

1. Se deriva de la costosa preparación que hace la parte ofendida para efectuar la conciliación deseada.

2. La segunda consideración se deriva del peligro inminente de rechazar las propuestas que presentamos.

3. Piense en las innumerables ventajas de la conciliación.

4. Reflexione sobre la transitoriedad del período durante el cual estos negociadores deben cumplir todos los fines importantes de su embajada. Felices, tres veces felices, son aquellos que han sido llevados a un estado de reconciliación con Dios. ( John Clayton .)

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