Aparta de ti la boca perversa.

Leyes de la vida

Una ley para la lengua, una ley para los ojos, una ley para la mente, una ley para la vida.

I. Una demanda de lenguaje puro. El habla es una de las grandes peculiaridades que distinguen al hombre. Es el órgano mediante el cual un hombre puede influir en las edades. Sin embargo, se ha convertido en el vehículo del error, el canal de la contaminación, la expresión de la blasfemia, etc. Un corazón puro es esencial para el habla pura.

II. Una demanda de un propósito sencillo. No tengas miradas de reojo, sin subidas; pero tienen un gran propósito en el que el ojo del alma siempre estará fijo. La franqueza se opone a toda astucia, a toda vacilación, a toda ambigüedad; todos dobles sentidos y objetivos.

III. Una demanda de consideración habitual. El hombre fue hecho no solo para pensar, sino también para ser reflexivo. Debe andar por la senda de la vida.

1. Pensativamente, no por impulso.

2. Pensativamente, no por prejuicios.

3. Cuidadosamente, no por costumbre.

IV. Una demanda de rectitud inquebrantable. El deber es un camino recto. El camino del pecado es serpentino tanto en su forma como en su espíritu. La virtud es una línea recta que va directo a Dios. Cualquier giro, por tanto, sería erróneo y arriesgado. Cuidado: hay desvíos tentadores en todas direcciones. ( D. Thomas, DD .)

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