Escucha, pueblo mío, mi ley; inclina tus oídos a las palabras de mi boca.

La obligación de obedecer la ley de Dios

I. Es la ley de tu naturaleza. El fundamento de la moralidad está profundamente arraigado en la naturaleza humana; sus principios resultan de la constitución de nuestro marco; y su autoridad será suprema, mientras haya una mente para discernir, o un corazón para sentir, o una conciencia para juzgar.

II.Es la ley del cielo.

III.Es la ley de la sociedad. La depravación pública allana el camino para la ruina pública.

IV. Es la Ley de la felicidad. ¿Qué prohíbe? Deseos, pasiones y vicios, de los cuales debemos abstenernos por nuestro propio bien, aunque no existía tal prohibición. Prohíbe la satisfacción de los deseos que nos llevarían a la ruina; la comisión de vicios que despiertan el remordimiento y nos entregan a los verdugos. ¿Qué manda la ley del Señor? Lo que es hermoso, puro y digno de alabanza; lo que tiende a hacer a los hombres pacíficos, gentiles, humanos, misericordiosos, benévolos y felices. ( John Rogan. )

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