Llena sus rostros de vergüenza; para que busquen tu nombre, oh Señor.

Vergüenza que conduce a la salvación

I.Los impíos tienen buenos motivos para avergonzarse;

1. Por el mal que le están haciendo a su Hacedor. Se enorgullece de su rectitud e integridad; pero, entonces, ¿se debe hacer sufrir sólo a Dios por tu injusticia? De todos los seres, ¿debe ser el único que hizo a todos los demás seres el único en ser descuidado?

2. Hay muchos hombres impíos que deberían avergonzarse porque actúan en contra de la luz y el conocimiento, en contra de su conciencia y en contra de sus mejores juicios.

3. Debido a sus postergaciones de lo que saben que es correcto.

4. Por violar los votos que hicieron.

5. Porque no aman al Señor Jesucristo y no confían en un Salvador como Él.

6. Debería avergonzarse un hombre que ni siquiera piensa en estas cosas.

II. Ahora, con respecto a esta gente impía, permítanme mostrarles que la vergüenza es algo muy deseable si los lleva a Dios. De ahí la oración: "Llena sus rostros de vergüenza, para que busquen tu nombre, oh Señor".

1. A veces la vergüenza acompaña a la ruptura de la justicia propia.

2. He sabido que esta vergüenza opera en algunos cuando han obrado mal y han perdido la reputación de que disfrutaban entre sus semejantes.

3. También he visto que el fracaso impulsa a un hombre hacia el fuerte en busca de fuerza.

4. También he conocido a hombres traídos a Cristo con vergüenza de otro tipo, la vergüenza del error mental conduce a una fe humilde.

III. El Señor ahora está dispuesto a recibir a los que se avergüenzan de sí mismos.

1. Eres el tipo de hombre que viene a Cristo, porque, primero, tienes la mayor necesidad de Él. En tiempos de hambruna, regalamos la comida primero a la familia más hambrienta.

2. Si te avergüenzas de ti mismo, eres el hombre que vendrá a Cristo, porque no harás ningún trato con él. Dirás: "¡Sálvame, Señor, a cualquier precio y de cualquier manera!"

3. Y usted es el hombre que le dará toda la gloria si es salvo. ( CH Spurgeon. )

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