Y se pusieron en medio de ese paquete, lo entregaron y mataron a los filisteos; y el SEÑOR los salvó con gran salvación.

Ver. 14. Y se pusieron ellos mismos. ] Los romanos se jactan de sus Cochles, que solo él mismo defendió un puente contra un ejército de enemigos; los griegos de su Aquiles; los holandeses de su Albertus Brandenburgicus, aunque mejor pudieron de su magnánimo Martín Lutero, quien, como otro Atanasio, totius orbis impetum solus sustinuit, se enfrentó a un mundo de adversarios en defensa de la verdad.

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