Y miraron los centinelas de Saúl en Guibeá de Benjamín; y he aquí, la multitud se desvaneció, y siguieron golpeándose [unos a otros].

Ver. 16. Y siguieron golpeándose unos a otros. ] Como cualquiera que se interpusiera en su camino, lo derribaron: siendo heridos con tal escotama o acridis, un vértigo de cerebro o ceguera de juicio, que no distinguieron a sus amigos de sus enemigos en ese disturbio y apresuramiento. Josefo dice que cuando Jonatán se mostró por primera vez, se levantó de repente una nube que oscureció tanto el aire que no se conocieron ni a él ni a los demás.

Pero Dios, donde le plazca, puede fácilmente perturbar la fantasía y hacer que los hombres se equivoquen; como vemos a diario en las personas melancólicas, que mirando a través de una nube negra, por así decirlo, ven todas las cosas negras, oscuras, enfadadas y dañinas.

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