Y se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta la tarde por Saúl, por su hijo Jonatán, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel; porque cayeron a espada.

Ver. 12. Y se lamentaron, lloraron y ayunaron. ] Cuanto más varonil es un hombre, más suave y misericordioso. Julio César, cuando le presentaron la cabeza de Pompeyo, lloró y dijo: Non mihi placet vindicta, sed victoria, no busqué venganza, sino victoria. David estaba muy complacido con la muerte de Nabal; pero lamentó el de Saúl: el caso no era igual.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad