Entonces llamó a su criado que le servía y le dijo: Saca ahora a esta [mujer] de mí y cierra la puerta tras ella.

Ver. 17. Saca ahora a esta mujer de mí. ] Su mala conciencia no la podía sacar tan fácilmente de su seno: esto los poetas llaman furias, quia ex furentibus cogitationibus promanant. ¡Ojalá pudiéramos echar fuera los ídolos de nuestro corazón de la misma manera, diciéndoles: Salid de aquí! Isa 30:22 ¡Ojalá pudiéramos, por puro odio a nuestros pecados, desear de todo corazón renunciar a ellos, como para que sean perdonados: separarnos de ellos, como para que sean perdonados!

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