Entonces una mujer sabia gritó desde la ciudad: Oye, oye; te ruego que digas a Joab: Acércate acá, para que pueda hablar contigo.

Ver. 16. Entonces una mujer sabia gritó fuera de la ciudad. ] Hay mujeres sabias, entonces, así como hombres: las almas no tienen sexos. Fue un discurso tonto de él:

"Mισω σοφην γαναικα"

Dios se deleita a menudo, por medios débiles, en llevar a cabo grandes asuntos.

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