Entonces llevaron a Daniel ante el rey. [Y] el rey habló y dijo a Daniel: ¿Eres tú ese Daniel, que eres de los hijos de la cautividad de Judá, a quien el rey mi padre sacó de los judíos?

Ver. 13. Entonces trajeron a Daniel. ] Nunca se encuentra que los hombres sabios sean innecesariamente comunicativos, o demasiado atrevidos para expresarse. Saben qui bene latuit bene vixit; et qui bene tacuit, bene dixit; y cuando deban hablar, utilice la menor cantidad de palabras posible, y tan directo al grano.

¿Eres tú ese Daniel? ] Daniel había merecido del estado babilónico haber sido más conocido de Belsasar y más respetado; pero este es el salario del mundo.

Que eres de los hijos de la cautividad de Judá, etc. ] ¿Qué necesitaba todo esto? seguramente nunca lo supo de su reina madre. Ella había hablado bien de Daniel, y le había dicho al rey de otro oficio y nombre. Solo se da cuenta de la condición de cautiverio de Daniel, y se jacta de la victoria de su abuelo, moviendo esta pregunta insolente y fuera de temporada en tanta needitate et consilii inopia: "¿Eres tú Daniel?" &C

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