Luego, al tercer día, Abraham alzó los ojos y vio el lugar de lejos.

Ver. 4. Luego, al tercer día. ] Mucho tiempo para que él anduviera laboriosamente, antes de llegar al lugar. Pero debemos concebir que su cerebro estaba mejor ocupado de lo que muchos de los nuestros hubieran estado allí mientras tanto. No debemos pesar la cruz, porque entonces resultará pesada: no debemos masticar la píldora, sino tragarla entera, de lo contrario resultará amarga. No debemos trabajar demasiado, sino ejercer el trono de la gracia para un buen uso y un buen resultado de todas nuestras pruebas y tribulaciones.

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