Y Lea dijo: Dios me ha dado mi salario, porque he dado mi doncella a mi marido; y ella llamó su nombre Isacar.

Ver. 18. Dios me ha dado mi salario. ] En lo que estaba muy equivocada, por no haber "ejercitado sus sentidos para discernir el bien y el mal". Aquí ella se regocija por aquello de lo que debería haberse arrepentido; y estaba en el error común de medir y juzgar las cosas por el éxito; a como si Dios no se enojara muchas veces con los hombres, aunque en apariencia prosperan. Así Dionisio, después del botín de un templo de ídolos, encontrando los vientos favorables, ¡He aquí, dijo él, cómo aprueban los dioses el sacrilegio!

un Foelix scelus virtus vocatur . - Cicerón, De Divin ., Lib. ii.

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