Y su alma se unió a Dina, hija de Jacob, y amó a la joven, y le habló amablemente.

Ver. 3. Y su alma se unió a Dina. ] No la echó a patadas, como Amnón hizo con Tamar, mucho más dulce para él en la ambición que en la fruición; pero para hacer las paces, como lo llaman, mediante el matrimonio, busca atenerse a la vieja regla en ese caso, Et doter, et ducat. Sin embargo, el matrimonio, la ordenanza de Dios, no debe ingresarse a través del portal del diablo.

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