3. Y su alma se dirigió a Dina. Moisés insinúa que no fue violada tan a la fuerza, que Siquem, que una vez abusó de ella, la trató con desprecio, como es habitual con las rameras; porque la amaba como esposa; y ni siquiera objetó ser circuncidado para que él pudiera tenerla; pero el fervor de la lujuria había prevalecido tanto que primero la sometió a la desgracia. Y por lo tanto, aunque abrazó a Dina con un apego real y sincero, sin embargo, en esta falta de autogobierno, pecó gravemente. Siquem "habló al corazón" de la doncella, es decir, se dirigió a ella cortésmente, para atraerla a sí mismo con sus discursos insípidos: de donde se deduce que cuando ella no estaba dispuesta y resistía, él usaba la violencia hacia ella.

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