Aunque la higuera no florezca, tampoco habrá fruto en las viñas; Se acabará el trabajo de la aceituna, y los campos no darán carne; el rebaño será cortado del redil, y no habrá rebaño en los establos.

Ver. 17. Aunque la higuera no florecerá ] Aquí el profeta muestra una mente bien serena y tranquila en verdad; que había alcanzado, y, por medio de la oración, vadeado hasta alcanzar una compostura bendita y un sábado de espíritu, tal como el gallo en el muladar no se entrometió, ni conoce el valor de; siendo la joya más preciosa e incomparable que jamás haya conocido el corazón del hombre. Se ha señalado antes que el profeta aquí extrae su propia lección de vivir por fe en el fracaso de las comodidades externas.

Se decía que la enseñanza y la vida de Orígenes eran iguales. Los de Habacuc eran así. La divinidad es práctica: si sabéis estas cosas, felices seréis si las hacéis; así como las lecciones de música deben practicarse, y una copia no sólo se lee, sino que se imita, así es aquí. Es una cosa ruborosa, quando dicta factis erubescant, como lo dice Tertuliano; cuando la vida de los hombres se avergüenza de sus palabras, cuando Sanctiores sunt aures plebis quam corda sacerdotum, hay más doctrinas celestiales en los oídos del pueblo que en el corazón del predicador, como Hilario; cuando, como se dijo del Enchiridion de Erasmo, hay más santidad en el libro de un autor que en su seno ( Plus sanctimoniae conspicitur in ipso libello, quam in libelli Authore ):

Exemplis sane qui docet, ille docet. "

Aristóteles requiere en un maestro que se muestre a sí mismo un patrón de sus propias reglas; y es bueno enseñar (dice Ignacio), εαν λεγεις ποιης, si practicas lo mismo que enseñas. Ese es un excelente elogio que se le da a un difunto teólogo eminente entre nosotros, que su vida no fue más que un comentario continuo sobre su doctrina, y un sermón ejemplar, que consiste en palabras vivas o de palabras traducidas en obras.

"El justo vivirá por la fe", dice Habacuc; y que lo haga, resultará bien si vivo en Dios cuando no tenga nada más con lo que subsistir; creyéndole en su sola palabra, y eso contra el sentido en las cosas invisibles y contra la razón en las cosas increíbles.

Aunque la higuera, etc. ] qd Que venga la guerra, y con la guerra el hambre; como le sucedió a Jerusalén en el último asedio en los días de Sedequías, 2Re 25: 8 Jeremias 52:6 Lamentaciones 2:11,12 , no quedó alivio para el pueblo, el enemigo se lo había comido todo, como Joel 1:4 e hizo una obra limpia, de modo que los hombres infieles se sintieron apesadumbrados y dispuestos a enloquecer ante la vista de sus ojos, Deuteronomio 28:24 ; Deuteronomio 28:51 , y devorar sus propios dedos, como hizo el Papa Bonifacio VIII, cuando estuvo encerrado prisionero en San Angelo y muy angustiado.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad