Y los ojos de los que ven no se oscurecerán, y los oídos de los que oyen escucharán.

Ver. 3. Y los ojos de los que ven no se oscurecerán. ] O, no se cerrará; no parpadearán ni ignorarán intencionadamente, cerrando las ventanas para que no entre la luz, o buscando pajitas para apagarse los ojos, como lo expresa Bernardo, Festucam quaerunt unde oculos sibi eruant.

Y los oídos de los que oyen, oirán.] Escucharán la palabra de Cristo como si fuera una vida; Acercarán los oídos de su alma a los oídos de sus cuerpos, para que un solo sonido traspase a ambos; oirán lo que el Espíritu habla a las iglesias.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad