Así ha dicho el SEÑOR, el Santo de Israel, y su Hacedor: Mandadme lo por venir acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos.

Ver. 11. Así dice el Señor, etc., ] qd: Dejad ese lenguaje insolente e impropio, y aprended de mí en qué debéis ocuparos vosotros mismos.

Pregúntame de lo que vendrá. ] Yo, y no tus magos. Recurre a "mis profetas; créalos y serás prosperado". Haz que todos los hombres conozcan tu mente paciente; el Señor está cerca para tu liberación.

Ordename. ] Esta es una expresión maravillosa, y destaca notablemente el poder de la oración. Luther, se le parece, bien entendido la latitud de esta carta real, dice uno, una al rezar por la recuperación de un predicador piadoso útil que estaba muy avanzada en un consumo, entre otros pasajes se dejó caer esta éxtasis trascendente de una fe audaz, "Hágase mi voluntad", pero luego cae dulcemente: "Mi voluntad, Señor, por tu voluntad".

un señor Burr.

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