Porque dijo: Ciertamente ellos son mi pueblo, hijos que no mienten: por eso él fue su Salvador.

Ver. 8. Porque dijo: Ciertamente son mi pueblo, hijos que no mentirán ] qd, presumo que no lo harán; sería una gran vergüenza para ellos si engañaran mis expectativas, actuaran deslealmente, se mostraran engañosos en el pacto. Los oficiales de Merindol, en Francia, respondieron al obispo papista que los movió a abjurar, que se maravillaban mucho de lo que él ofrecería para persuadirlos de que mintieran a Dios y al mundo.

Y aunque todos los hombres por naturaleza son mentirosos; sin embargo, habían aprendido por la Palabra de Dios que debían cuidar diligentemente de mentir en cualquier asunto, por pequeño que fuera. También que deben cuidar diligentemente de que sus hijos no se acostumbren ni se usen a mentir, y por eso los castiguen muy severamente cuando los tomen con alguna mentira, como si hubieran cometido un robo; porque el diablo es un mentiroso, etc. Aquí el obispo se levantó muy enojado y partió. a

a Hechos y lunes, 866.

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