Pero alégrense y regocíjense para siempre [en lo] que yo creo; porque he aquí, yo creo a Jerusalén en regocijo, ya su pueblo en gozo.

Ver. 18. Pero alégrate y regocíjate por siempre. ] ¿Qué pueden ser menos que eternamente felices cuando consideran los privilegios del evangelio, que son tales que bien pueden acabar con todos los descontentos y hacerlos "más que vencedores", y eso es triunfadores?

Porque he aquí que yo creo a Jerusalén un regocijo. ] Creo talem Ierusalem ut sit ei nomen tripudium, et populus eius vocetur gaudium. a De ahí que parezca que estas cosas no deben tomarse según la letra, sino de "Jerusalén que está arriba, la madre de todos nosotros".

un Oecolamp.

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