Pero tus ojos y tu corazón no son sino para tu codicia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y violencia, para hacerlo.

Ver. 17. Pero tus ojos y tu corazón no son sino por tu codicia. ] Eso es todo lo que te preocupas y cuidas, oculis atque animo intentus ad rem. "Corazones que tienen", dice Pedro de los tales, "ejercitados con prácticas codiciosas: hijos malditos". 2Pe 2:14 William Rufus se destaca en la historia por otro.

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