Y sucederá que la nación y el reino que no sirva al mismo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no someta su cuello al yugo del rey de Babilonia, yo castigaré a esa nación, dice el SEÑOR, con espada, y con hambre y con pestilencia, hasta que los acabe con su mano.

Ver. 8. Y sucederá que la nación, etc. ] Es mejor, entonces, servir a un príncipe extranjero que morir a espada, hambre o pestilencia. A nadie debería resultarle penoso sacrificar todas sus comodidades exteriores al servicio de su vida.

Y eso no pondrá su cuello bajo el yugo. ] El Señor también dispone de los reinos de los paganos, aunque de una manera que nos parezca mera casualidad.

Castigaré a esa nación. ] Al tratar de evitar un daño menor, caerán en un daño mayor; si escapan de las heladas, se encontrarán con la nieve.

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