Por tanto, no escuchéis a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros encantadores, ni a vuestros hechiceros, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia.

Ver. 9. Por tanto, no escuchéis a vuestros profetas. ] A quien el diablo pone a trabajar para persuadirte de lo contrario a tu ruina; ya que es un viejo homicida, y tiene sus demonios que respiran en el exterior como sus agentes, como los que se mencionan aquí.

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