Venid contra ella desde el último término, abrid sus graneros; destrúyelo como montones, y destrúyelo por completo; no quede nada de ella.

Ver. 26. Ven contra ella. ] Esto les dice a los medos y persas, quienes, aunque estaban más lejos que los que podían oír al profeta, Dios, que habló por él, podía hablarles a sus corazones y lo hizo, incitándolos por un instinto secreto de haz esta ejecución.

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