Despoja a los consejeros, y engaña a los jueces.

Ver. 17. Él aparta a los consejeros estropeados ] a saber. De ingenio, riqueza y honor. Esta debe ser una advertencia para ellos: no tomar malas causas en la mano, no llamar al mal bien y al bien mal, no justificar al impío por recompensa, ni quitarle la justicia al justo; no para reforzar una mala causa y burlar una buena, no sea que si mejoran su ingenio y sus cualidades para un fin tan malo, Dios los haga tan despreciables como antes eran honorables.

Pueden ver lo que el Señor le hizo a Ahitofel, ese oráculo de su tiempo; a los consejeros de Faraón, Isaías 9:11,12 ; al mismo Faraón, Éxodo 1:10 con Proverbios 28:15 .

Y vuelve tontos a los jueces ] Broughton traduce el versículo de esta manera: lleva a los consejeros a la maldad ya los jueces a la locura total. Él los enamora, no infundiéndoles locura, como tampoco el sol, cuando no brilla en nuestro horizonte, causa tinieblas en el aire, que por sí mismo y por su propia naturaleza es oscuro. Pero cuando Dios retiene esa luz de sabiduría que había impartido a un hombre, su oscuridad innata debe manifestarse.

Más que esto, a veces sucede que cuando Dios libera a un hombre por sus pecados a una mente reprobada e imprudente, de ahí en adelante se ve privado a veces de sabiduría natural y sentido común, para que la venganza divina sea más evidente.

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