Y quemaron a fuego la ciudad y todo lo que había en ella; solamente la plata, el oro y los vasos de bronce y de hierro lo pusieron en el tesoro de la casa del SEÑOR.

Ver. 24. Y quemaron la ciudad. ] En obediencia a Dios, aunque tenían suficiente necesidad para haber hecho lo contrario. Pero los hombres deben silenciar su razón y exaltar su fe.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad