Y cuando les mostró la entrada a la ciudad, la hirieron a filo de espada; pero dejaron ir al hombre y a toda su familia.

Ver. 25. Y cuando les mostró la entrada, ] es decir, dónde y cómo podrían tomarla mejor.

Pero dejaron ir al hombre y a toda su familia. ] ¿Quién, si hizo esto por verdadera fe, como lo hizo Rahab, Jos 2: 1-24, debe ser excusado; pero si por fines egoístas y respetos siniestros, debe ser considerado un traidor, y podría haberse encontrado con tales recompensa como lo hizo Metius Suffetius, quien fue hecho pedazos con caballos salvajes por Tullus Hostilius por su traición. O como lo hizo Juan Justiniano de Génova, quien permitió que Mahoma, el gran turco, entrara en Constantinopla con la promesa de convertirlo en rey.

Él lo hizo así; pero a los tres días lo mataron. O, por último, como el que traicionó a los Rodas; porque había presentado su esposa prometida y su porción; pero el turco le dijo que no tendría un cristiano como yerno; debe ser un musulmán, es decir, un turco creyente tanto por dentro como por fuera. Y por eso hizo que le quitaran la piel bautizada, como él la llamaba, y lo echaran en una cama remojada con sal, para que pudiera conseguir una piel nueva, y así sería su yerno. Pero el malvado miserable terminó su vida con vergüenza y tormento.

Al único Dios sabio, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, dominio y poder, ahora y siempre. Amén.

Ver. 25. Ver Trapp en " 1Ti 1:17 ".

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