Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y descendió a Ascalón, y mató a treinta hombres de ellos, tomó sus despojos y les dio mudas de ropa a los que explicaban el enigma. Y su ira se encendió y subió a la casa de su padre.

Ver. 19. Y el Espíritu del Señor vino sobre él. ] Estos extraordinarios impulsos del Espíritu no siempre los tuvo Sansón, sino cuando y durante el tiempo que el Señor quiso. Los profetas tampoco siempre tuvieron el don de profecía, ni los apóstoles el poder de obrar milagros.

Y bajó a Ashkelon. ] La cual fue una de las cinco ciudades principales de los filisteos, 1Sa 6:17 donde, mediante un intento audaz, mató en ese lugar populoso a treinta hombres de esa nación tiránica y maldita; el resto de los ciudadanos huyendo, probablemente, y escondiéndose por miedo a Sansón. ¿Alguna vez hizo algo así algún Hércules? El proverbio es, Ne Hercules quidem contra duos.

Y se encendió su ira,] a saber, contra su pérfida esposa y sus injustos compañeros: y ahora medita la venganza, que es el siguiente efecto de la ira.

Y subió a la casa de su padre.] Cuyo consejo ahora desea, lo había tomado en la elección de su esposa. Leo cassibus irretitur, etc. Si praescivissem.

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