Y los hombres de la ciudad le dijeron el séptimo día antes de que se pusiera el sol: ¿Qué es más dulce que la miel? ¿Y qué es más fuerte que un león? Y les dijo: Si no aran con mi novilla, no habrían descubierto mi enigma.

Ver. 18. Si no hubieras arado con mi novilla. ] A su esposa la llama novilla, propter mulierum insolentiam, dice Lyra. Algunos piensan que estas palabras insinúan algún signo de sospecha de algún trato secreto e impío con su esposa, esa iuvenca petalca, que encendió en él unos "celos", que es, dice Salomón, "la rabia de un hombre".

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