Y su señor le dijo: No nos volveremos acá a la ciudad de extranjero, que no es de los hijos de Israel; pasaremos a Guibeá.

Ver. 12. Pasaremos a Guibeá. ] Pero, ¿dónde puede un hombre estar a salvo del diablo y sus diablillos? ¿Y qué lugar, sino el infierno mismo, puede producir una criatura peor que un israelita depravado, que un profesor libertino? Solíamos decir que un italiano italiano es un demonio encarnado. En México y otras partes de América, la prostitución y la sodomía - esas virtudes españolas - son comunes sin reproche entre los pseudocatólicos; mientras que los indios aborrecen esta vida tan repugnante; mostrándose con respecto a los españoles, como lo hicieron los escitas con respecto a los griegos, a quienes hasta ahora sobresalían en vida y comportamiento, ya que estaban escasos de ellos en aprendizaje y conocimiento.

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