Di a Aarón ya sus hijos que se aparten de las cosas santas de los hijos de Israel, y que no profanen mi santo nombre [en las cosas] que me santifican: yo soy el SEÑOR.

Ver. 2. Que se separen. ] Aunque son sacerdotes, no pueden considerarse privilegiados por encima de otros para cometer pecados, sino que están obligados a cumplir su deber. ¿Por qué cualquier Crisóstomo tendría motivos para decir: Non arbitror inter sacerdotes multos esse qui salvi fiant, no creo que muchos de nuestros ministros puedan salvarse, si es que hay alguno? o cualquier campiano para exclamar, Ministris eorum nihil vilias?

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad