Cuando el centurión vio lo que había sucedido, glorificó a Dios, diciendo: Ciertamente éste era un hombre justo.

Ver. 47. Ciertamente este era un hombre justo ] Bennet el mártir, en los días del rey Enrique VIII, siendo ejecutado, la mayor parte del pueblo (los exhortó con tanta seriedad y sobriedad), como también el escriba que escribió la sentencia de condenación contra él, se pronunció y confesó que era un siervo de Dios y un buen hombre. Así que cuando Wiseheart y March los mártires fueron hacia la hoguera, fueron justificados por los espectadores, como personas inocentes y piadosas. (Hechos y Lunes)

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