Pero cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera; y nadie los atemorizará, porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.

Ver. 4. Pero cada uno se sentará debajo de su vid ] y se alimentará del fruto que aún caiga en su boca, dice Lapide. Se sentarán bajo Cristo, la vid verdadera, dice Hugo, y bajo el Espíritu Santo, como una higuera, cuyo fruto es mucho más dulce que la miel. Pero estas son interpretaciones acuñadas, dice Gualther. Preferiría exponer este texto con ese Salmo 91; donde se describe ampliamente la condición segura y feliz de los piadosos.

Los viñedos e higueras eran comunes en esos países; y de ahí esta expresión proverbial, para exponer, sin duda, la seguridad espiritual, y esa paz de conciencia principalmente, que se concede a los súbditos de Cristo: una paz mucho más allá de la de Salomón, que aquí se señala; o que bajo nuestra reina Isabel, no pasar sin tocar al menos esa cuerda que tantos años juntos sonaba tan dulcemente a los oídos de nuestros padres.

Entonces fue, si es que alguna vez, que los montes produjeron paz, y los collados justicia, Salmo 72:3 . Los grandes defendieron a sus inferiores y los inferiores bendijeron a sus superiores; el magistrado enderezó el tema y el tema reverenciaba al magistrado.

Y nadie los atemorizará ] Dios, lo saben, no les hará daño, el hombre no puede: puede quitarles la cabeza, pero no sus coronas; sus vidas, pero no sus esperanzas; porque el justo tiene esperanza en su muerte; su ramillete. No es sólo, Dum spiro spero, mientras yo viva, tengo esperanza, sino Dum expiro, Mientras yo muera, también. Que el impío tenga el corazón tembloroso y los ojos frágiles mientras viva, Deuteronomio 28:65 , y cuando muera, Deuteronomio 28:65 , como se oyó a un gran hombre, Spes et fortuna valete: Adiós a la vida y la esperanza juntas.

El siervo de Cristo, sentado mediis tranquillus en undis tranquilo en medio de las olas, toda su vida, para que cuando muera, pueda llamar a su alma al descanso; y cantar Nuno dimittis del viejo Simeón , "Señor, ahora deja que tu siervo se vaya en paz", etc.

Por boca de Jehová de los ejércitos ] Y qué mejor seguridad podemos desear, ya que Dios no puede morir, mentir ni negarse a sí mismo; ya que, en segundo lugar, él es el "Señor de los ejércitos", y por eso está armado con poder para cumplir lo que ha dicho. Pedro tenía la voluntad de liberar a Cristo de los judíos, pero carecía de poder. Pilato tenía poder para hacerlo, pero le faltaba voluntad. A Dios no le faltó ninguno de estos para hacer por su pueblo y para librarlo de peligro. Ánimo, por tanto.

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